domingo, 1 de noviembre de 2015

Y, de pronto, el pasado comienza a parecer no tener sentido, te sientes a gusto en el absoluto presente, sin embargo, lo tiene.
 Soy todas las personas que he conocido, con las que he convivido, las que me han lastimado y las que me han perdonado. Soy los lugares en los que he estado y de los que me he desaparecido. Soy las risas brindadas, regaladas y las que me he contenido. Soy las lágrimas que han resbalado por mis mejillas, soy el llanto que he limpiado y el que he provocado. Soy el vaso de cerveza que me bebí en aquella noche de fiesta y los pensamientos que tuve al día siguiente en mi soledad. Soy yo, soy tú, soy tú si te conozco un poco, si me conoces un poco. Soy el revolver descargado de los días que ya pasaron, que vuelven de a poco en recuerdos vagos o lucidos. Soy las sábanas blancas y tibias de aquella noche, soy la lámpara que me veía adormecer. Soy el camino del campo que recorrí con mis amigos. Soy el disgusto y el ceño fruncido de él al amanecer. Soy el humo que atravesó mis pulmones y el vaso de whisky que resbaló por mi garganta. Soy la fiesta de cumpleaños a la que falté. Soy la foto pegada en la pared. Soy la mirada regalada y perpetuada en mis pupilas, soy todas las palabras que dije y escupí. Soy el rencor que sentí en el 2009 y el renacer que sintió mi alma años después. Soy la discusión en la cocina y las migajas que dejé en el mantel. Soy mis gatos maullando heridos, soy el ave que me cené. Soy la que quisieron y odiaron, la que recuerdan con desprecio o con dolor. Soy carcajada a boca suelta, soy baile en el salón. Soy la muerte de mi hermano y la imagen de su paz en el cajón, soy la tierra que le lancé, soy el último adiós. Soy mis fracasos y mis buenos días, soy mi nombre en la boca del director. Soy la canción que me acompañó en mi depresión y la otra que me levantó. Soy el cielo nublado y la lluvia que me cobijó, soy cachos de luna y aroma a sudor. Soy la voz de mi padre diciendo que no debía ser como soy, soy sus noches de desvelo y preocupación. Soy perdición. Soy la velocidad del auto cuando lo choqué, soy los cerros que me miraron y no me delataron. Soy secreto y en exceso libertad. Soy nube de tristeza y lluvia de felicidad. Soy lo que escribí y también lo que borré. Soy dibujos en mi pared...  Soy, soy... y de tanto que soy, se me olvida quién fui.

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